martes, 30 de julio de 2013

Culé Pep


Ahora que parece que las aguas han vuelto a su cauce me gustaría hacer alguna puntualización sobre el tema de Guardiola. Me reconozco guardiolista hasta la médula en como se debe jugar a fútbol. Coincido con él en la necesidad de rebajar la tensión de un deporte que, por mucho dinero que mueva y mucha crisis que nos azote, nunca debería dejar de serlo. También estoy totalmente de acuerdo en que desde el fútbol se debe transmitir valores ya que es el sitio donde nuestros jóvenes se miran deslumbrados por la fama y el dinero.

Por otro lado lo que piensa Pep y no dice no lo puedo valorar así que me quedaré con lo que le he escuchado y no dudaría ni un instante en enseñárselo a mis hijas y explicarles que así debe de ser el deporte y así habla un deportista.


Lo único que puedo echarle en cara al señor Guardiola, culé desde niño, y seguramente más del Barça que yo, es que, precisamente él, haya tenido que venir a llevarse a uno de los jugadores más brillantes que teníamos procedente de la Masia. Y no por el hecho en si, ya que estaba en todo su derecho, sino porque quizás haya mezclado antiguas enemistades en la disputa, sin tener en cuenta el perjuicio que recibe el club de mis amores... y creía que de los suyos.

Palabra de un centralito.

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